(Artículo redactado el 21-01-2015)
Michael Keaton es uno de los hombres
de moda. 'Birdman' ha sacudido las taquillas de las salas de medio
mundo, algo que ha permitido recuperar el prestigio perdido a este
carismático actor
¿Cuánto
-o qué- le debe Keaton a la lámpara del genio Iñarritu? Algunos
afirman que todo y más. El nombre de Keaton (Pensylvania, 1951)
llevaba demasiado tiempo alejado de las críticas y de los grandes
focos del estrellato cinematográfico. La estatuilla que ha recibido
en los Globos de Oro en la categoría de Mejor Actor no hace si no
refrendar la sensación de que el éxito entre el director mexicano y
el ya veterano actor ha sido rotundo. Los Óscar, parece, les van a
hacer más felices aún.
¿Pero
cuáles fueron los inicios de este genio de la interpretación?
Michael John Douglas, que así es como se llama en realidad, nació
en la siempre oscura y pesarosa Pensylvania, a principios de los años
50, década en la que los EE. UU se confirmaron como una super
potencia mundial. Él fue el menor de siete hermanos, todos criados
en el seno de una familia católica de ascendencia irlandesa. Su
padre, ingeniero civil y su madre, ama de casa, proporcionaron una
buena educación al bueno de Michael.
Keaton,
quién cambió su nombre por ser coetáneo al gran Michael Douglas,
empezó a darse a conocer gracias a las series televisivas Maude
(1977) y The Mary Tyler Moore Show (1979). Quizás su primer 'gran'
papel fue el que tuvo que desempeñar en 'Beetlejuice (1988), donde a
sus 37 años tuvo que interpretar a un fantasma bastante excéntrico
y desagradable, compartiendo cartel con Winona Ryder y Alec Baldwin
entre otros. Si hay algo que le marcó en ese film fue el hecho de
trabajar con el siempre díscolo Tim Burton, un director que más
tarde hablaría maravillas del ahora protagonista de 'Birdman'.
'Batman' provocó un
profundo cambio de registro en su manera de actuar. La película, que
se estrenó en el 1989, fue un tremendo taquillazo gracias al gran
trabajo que realizaron entre Jack Nicholson y Michael Keaton. Los dos
estaban dirigidos por el director que 'descubrió' al hombre de moda,
Tim Burton. Tres años después saldría la secuela, 'Batman
Returns', un film que, en honor a la verdad, no tuvo tanta
trascendencia en la crítica. Después de estas cintas llegaron
películas como 'Multiplicity' (1996) o 'Jack Frost' (1999),
producciones con cierto éxito, pero demasiado básicas para el
talento interpretativo que bullía en el interior de Keaton.
Desde entonces hasta
ahora su presencia en el 'candelero' mediático ha sido más bien
testimonial. Un cameo por aquí, una serie por allá, pero nada que
indicase que este oriundo de Pensylvania pudiese reventar el
panorama. Todo eso cambió con la llamada de Alejandro González
Iñarritu, un director que saltó a la fama por películas como
'Babel', 'Amores perros' o '21 gramos'. Cuando leyó el excelso guión
de 'Birdman', la historia del actor venido a menos que encarnó a un
superheroe tiempo atrás le sonaba de algo al gran Michael Keaton. No
dudó un segundo en aceptar el papel. Le venía como anillo al dedo y
le sedujo enormemente el hecho de trabajar con Iñarritu, un director
que rompe con la estética general de Hollywood. Además, Edward
Norton, Naomi Watts, Emma Stone y Zach Galifianakis eran otras buenas
razones para sumarse a un proyecto con perfume de triunfo.
La vida es, como se suele
decir, ver volver. A menudo las grandes estrellas suben tan alto que
después no son conscientes de lo catastrófica que puede ser la
caída. Hollywood es una de esas lanzaderas de personas a la luna,
una lanzadera que jamás se ha preocupado en colocar paracaídas en
los vuelos intergalácticos en los que se enrolan sus astros. Keaton
no llegó a caer nunca, quizás, porque un gran pájaro se cruzó en
su caída y lo rescató del dolor del olvido.