sábado, 24 de mayo de 2014

TRES MESES PARA OLVIDAR

Qué larga se le ha hecho esta temporada a la Real, amig@s. El equipo, que ha acabado en séptima posición, se ha desdibujado completamente en los últimos tres meses de competición dando muestras de fatiga, desconcierto y desgana. Acostumbrados al juego preciosista y total de la temporada pasada y algunos tramos del inicio de esta misma, los aficionados realistas han visto como el equipo de Arrasate ha bajado los brazos en la segunda vuelta, dejándose llevar por la corriente hasta una séptima posición que para algunos no es ni aceptable. Es cierto que se ha conseguido el objetivo de volver a competir en Europa, pero no lo es menos que este equipo, en el que abunda el talento y la velocidad, podía haber alcanzado el quinto puesto sin demasiados problemas, e incluso pelear hasta el final por acabar en la cuarta plaza. El epílogo final, contra el Villarreal en Anoeta, fue la clara demostración del tormento que han pasado los jugadores desde finales de febrero, cuando ‘nos comíamos el mundo’ después de vencer al Barça

La victoria conseguida frente al conjunto catalán supuso un antes y un después en la temporada realista, de eso no hay duda. A partir de ahí, la escuadra donostiarra ha disputado un tercio de temporada en el que ha conseguido unos guarismos ciertamente escasos. 16 puntos en 13 encuentros, lo que proyectado a un torneo de 38 jornadas no llegaría ni siquiera a los 50 puntos. En este tramo final, justo después de aquella gran victoria en Anoeta, la Real ha recibido muchos goles, 20 en concreto, y ha sufrido hasta cinco remontadas, a cada cual más dolorosa que la anterior. En el recuerdo de todos va a quedar el partido disputado en Almería, choque que se perdió concediendo una remontada de ciencia ficción ante uno de los equipos más humildes que hay entre la primera y la segunda división. En el apartado ofensivo, el equipo ha logrado 16 dianas, gracias en parte a la espectacular aportación de Carlos Vela.

Fatiga, desgana, desconcierto, bloqueo mental, falta de ambición… Se pueden buscar muchos argumentos para intentar explicar el bajón general que ha pegado el equipo, justo en el tramo más importante de la campaña, aunque será muy difícil dar con la explicación exacta. Uno de los problemas puede que haya sido el excesivo conformismo que se ha transmitido desde el banquillo y, principalmente, desde la directiva encabezada por Jokin Aperribay. Como ya he escrito antes, no es poca cosa el hecho de clasificarse de nuevo para disputar competición europea, pero también hay que ser consciente de que la Real solo se ha ganado el derecho a disputar dos previas, situación molesta que hubiera evitado consiguiendo cinco puntos más y quedando en quinta posición. No hablo de quimeras y utopías, me refiero a metas y objetivos accesibles.


El excesivo número de partidos oficiales disputados, 53 en total, es un factor a tener en cuenta a la hora de valorar con honestidad los últimos compases de esta temporada. El cansancio puede haber hecho mella; no obstante, analizando detenidamente la temporada de otros equipos, nos encontramos con el caso del Sevilla, un conjunto que empezó a competir a finales de julio, que ha jugado 60 partidos y ha concluido la campaña de una forma espectacular, alzando la Europa League y rubricando un final de temporada de notable alto. 

¿Planificó mal la pretemporada el cuerpo técnico de Jagoba Arrasate? Bueno, la versión ‘oficial’ nos dice que tenemos un equipo joven e inexperto, que se ha acusado el cansancio y que la siguiente campaña las cosas van a ser distintas, que se va a ver un equipo más entero y curtido. La autocrítica, tanto en el vestuario como en la directiva, será importante a la hora de pararse a pensar qué es lo que le ha pasado a este equipo, que ha estado francamente irreconocible en muchos momentos del 2014. La afición arde en deseos de volver a ver una Real fuerte y con personalidad, y eso, a buen seguro, dependerá de saber aprender de los errores cometidos en esta que acabamos de concluir.

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