sábado, 24 de mayo de 2014

TRES MESES PARA OLVIDAR

Qué larga se le ha hecho esta temporada a la Real, amig@s. El equipo, que ha acabado en séptima posición, se ha desdibujado completamente en los últimos tres meses de competición dando muestras de fatiga, desconcierto y desgana. Acostumbrados al juego preciosista y total de la temporada pasada y algunos tramos del inicio de esta misma, los aficionados realistas han visto como el equipo de Arrasate ha bajado los brazos en la segunda vuelta, dejándose llevar por la corriente hasta una séptima posición que para algunos no es ni aceptable. Es cierto que se ha conseguido el objetivo de volver a competir en Europa, pero no lo es menos que este equipo, en el que abunda el talento y la velocidad, podía haber alcanzado el quinto puesto sin demasiados problemas, e incluso pelear hasta el final por acabar en la cuarta plaza. El epílogo final, contra el Villarreal en Anoeta, fue la clara demostración del tormento que han pasado los jugadores desde finales de febrero, cuando ‘nos comíamos el mundo’ después de vencer al Barça

La victoria conseguida frente al conjunto catalán supuso un antes y un después en la temporada realista, de eso no hay duda. A partir de ahí, la escuadra donostiarra ha disputado un tercio de temporada en el que ha conseguido unos guarismos ciertamente escasos. 16 puntos en 13 encuentros, lo que proyectado a un torneo de 38 jornadas no llegaría ni siquiera a los 50 puntos. En este tramo final, justo después de aquella gran victoria en Anoeta, la Real ha recibido muchos goles, 20 en concreto, y ha sufrido hasta cinco remontadas, a cada cual más dolorosa que la anterior. En el recuerdo de todos va a quedar el partido disputado en Almería, choque que se perdió concediendo una remontada de ciencia ficción ante uno de los equipos más humildes que hay entre la primera y la segunda división. En el apartado ofensivo, el equipo ha logrado 16 dianas, gracias en parte a la espectacular aportación de Carlos Vela.

Fatiga, desgana, desconcierto, bloqueo mental, falta de ambición… Se pueden buscar muchos argumentos para intentar explicar el bajón general que ha pegado el equipo, justo en el tramo más importante de la campaña, aunque será muy difícil dar con la explicación exacta. Uno de los problemas puede que haya sido el excesivo conformismo que se ha transmitido desde el banquillo y, principalmente, desde la directiva encabezada por Jokin Aperribay. Como ya he escrito antes, no es poca cosa el hecho de clasificarse de nuevo para disputar competición europea, pero también hay que ser consciente de que la Real solo se ha ganado el derecho a disputar dos previas, situación molesta que hubiera evitado consiguiendo cinco puntos más y quedando en quinta posición. No hablo de quimeras y utopías, me refiero a metas y objetivos accesibles.


El excesivo número de partidos oficiales disputados, 53 en total, es un factor a tener en cuenta a la hora de valorar con honestidad los últimos compases de esta temporada. El cansancio puede haber hecho mella; no obstante, analizando detenidamente la temporada de otros equipos, nos encontramos con el caso del Sevilla, un conjunto que empezó a competir a finales de julio, que ha jugado 60 partidos y ha concluido la campaña de una forma espectacular, alzando la Europa League y rubricando un final de temporada de notable alto. 

¿Planificó mal la pretemporada el cuerpo técnico de Jagoba Arrasate? Bueno, la versión ‘oficial’ nos dice que tenemos un equipo joven e inexperto, que se ha acusado el cansancio y que la siguiente campaña las cosas van a ser distintas, que se va a ver un equipo más entero y curtido. La autocrítica, tanto en el vestuario como en la directiva, será importante a la hora de pararse a pensar qué es lo que le ha pasado a este equipo, que ha estado francamente irreconocible en muchos momentos del 2014. La afición arde en deseos de volver a ver una Real fuerte y con personalidad, y eso, a buen seguro, dependerá de saber aprender de los errores cometidos en esta que acabamos de concluir.

martes, 13 de mayo de 2014

UNA DEFENSA INSUFICIENTE

La Real Sociedad va a afrontar la última jornada de Liga con la defensa en cuadro. A las bajas de Cadamuro (cedido en el Mallorca) y José Ángel, lesionado, parece que se le podría unir la del otro defensor zurdo del equipo, Alberto De la Bella. El catalán se tuvo que retirar del campo en Bilbao debido a una sobrecarga en su muslo izquierdo y, aunque su presencia el domingo no está descartada, es probable que llegue muy justo y tenga que forzar para salir de inicio. Este es el último contratiempo de la temporada concerniente a la línea defensiva, pero no el primero, ni mucho menos. Los problemas más importantes han venido ocasionados por las malditas lesiones, que han ido tocando a lo largo de toda la temporada a hombres como Mikel, Carlos Martínez, Dani Estrada, De la Bella y José Ángel. Los problemas de varios de ellos fueron de cierta gravedad, y ahí es donde se empezó a comprobar que la Real podría sufrir mucho este año en defensa.


La planificación de la temporada partió desde la base de contar con cuatro laterales y cuatro centrales. Hasta aquí, todo normal. El problema es que las lesiones han mermado sobremanera el nivel competitivo de varios de los puntales de esta misma línea y, en vez de arreglar y traer un fichaje de garantías en el mercado invernal, se permitió la salida de Cadamuro dirección Mallorca, quedándonos con tres centrales únicamente. A todas luces, un experimento malo, extraño y contraproducente. Secundarios como Ansotegi y Zaldua han jugado mucho más de lo que se les presuponía al principio del curso, y otros actores principales como Carlos Martínez y Mikel González, debido a los problemas de sus lesiones, no han dado el nivel que se esperaba de ellos. Esto es un punto importante a la hora de analizar la tremenda irregularidad del equipo a lo largo de todo el curso.

Desde el club se ha dado a entender que no hay ningún problema con la cantidad y la calidad de los defensores en el equipo, puesto que Elustondo y Gaztañaga, según su opinión, también pueden ocupar la demarcación de defensa central. ¿Deberíamos fiarnos de dos jugadores que no han jugado ni tres partidos como centrales en primera? Es difícil entender el planteamiento que hacen tanto directiva como el propio Arrasate, quien sigue viendo innecesario reforzarse en el centro de la defensa, a pesar de que Ion Ansotegi ya no esté para muchos trotes y el rendimiento de Mikel González esté empezando a suscitar muchas dudas en buena parte de la afición. Los únicos jugadores que han rendido a un nivel notable a lo largo de toda la temporada han sido Zaldua, Cote y, sobre todo, Iñigo, que se está erigiendo como uno de los líderes realistas tanto dentro como fuera del campo.

Hay otros que prefieren mirar más abajo y fijarse en que puede aportar el Sanse para la causa. Ahí es donde entran los nombres de jugadores como Etxabeguren y Callens. El primero de ellos está casi descartado para ser un hombre importante en la Real, puesto que acaba contrato y por diversas razones no va a ser renovado, y el segundo caso, el del peruano Callens, es a día de hoy una incógnita. Parece muy probable que el sudamericano vaya a hacer la pretemporada con el primer equipo, lo que no está tan claro es que al final de la misma se tome la decisión de convertirle, a todos los efectos, en jugador del primer equipo.


Así las cosas, la Real cuenta en principio para la temporada 2014/2015 con Iñigo, Mikel, Ansotegi, Charly, Zaldua y De la Bella como fijos en la línea trasera del equipo. Después, están las dudas de Yuri, José Ángel y Cadamuro. El dato de los goles recibidos esta temporada entre todas las competiciones, 68 en total, es un hecho que debería invitar a la reflexión a la dirección y al cuerpo técnico de la Real Sociedad, puesto que si Vela y Griezmann acaban por abandonar San Sebastián este verano, el equipo deberá ser mucho más fuerte defensivamente si no quiere pasarlo realmente mal en una temporada que se presenta larga y muy exigente. Hay trabajo por delante para el bueno de Loren.


sábado, 10 de mayo de 2014

INCIERTO FUTURO DE JOSÉ ÁNGEL EN LA REAL

José Ángel ha vuelto al ostracismo, ese lugar que conoció demasiado bien la pasada temporada de la mano de Montanier. El jugador asturiano ha visto como su papel en el equipo ha variado drásticamente en las últimas jornadas, coincidiendo con la plena recuperación de Alberto De la Bella. ‘Cote’, cedido por el AS Roma, estaba teniendo un buen año, gozando de minutos y de confianza por parte del cuerpo técnico. Con la lesión de De la Bella en el mes de diciembre, su cuota de protagonismo se disparó y llegó a jugar muchos partidos de manera consecutiva. Ahora, para su desdicha, ha desaparecido del once inicial de Jagoba Arrasate, quien parece apostar plenamente por su competencia, un De la Bella que en julio cumplirá cinco años como jugador realista.


La cesión del ex del Sporting se termina en junio y en el club no ven nada clara la opción de acometer su fichaje. El equipo romano ha tasado en 3 millones de euros la operación, pero tanto el cuerpo técnico como la directiva txuri urdin creen innecesario tener que pagar ese dinero. En la Real se tiene muy en cuenta que Yuri Berchiche, propiedad de la Real, es más joven que el asturiano y se está saliendo en la maravillosa temporada del Eibar. La situación es, por así decirlo, delicada, más sabiendo que el asturiano es un jugador que agrada a la gran mayoría de la afición.

El futbolista, que siempre se ha reconocido a sí mismo como un lateral ofensivo, destaca por su velocidad, potencia, buen manejo de balón y excelente golpeo con su pierna izquierda. En su debe, quizá, esté el hecho de sus escasas aptitudes defensivas, siempre mejorables en cualquier caso. No obstante, y como él mismo dice, “cuando defienda más, me echarán en cara el hecho de no haber subido más y cuando suba y aporte en ataque, me dirán que he defendido mal”.


De este modo, con la más que probable incorporación de Yuri al primer equipo y la finalización del contrato de cesión del asturiano, es necesario abrir un nuevo escenario y pensar qué es lo que se puede hacer con un jugador de calidad como ‘Cote’. No son pocos los que opinan que ubicarle en el puesto de extremo izquierdo, como ya lo hiciera Montanier, sería una idea buena y positiva para todas las partes. Al ser casi más carrilero que lateral, este puesto, en principio, no tendría por qué resultarle extraño ni desconocido. Sus galopadas, caracoleos y centros desde el flanco izquierdo siempre han supuesto un constante peligro y dolor de cabeza para el rival de turno.

El verano, de todas formas, se presenta calentito en las oficinas de Anoeta. Centrándonos exclusivamente en la parcela ofensiva del equipo blanquiazul, el único que tiene su presencia garantizada en el equipo es Imanol Agirretxe. La continuidad de Vela, Chory, Seferovic e Ifrán es dudosa y, en el caso de Antoine Griezmann, se empieza a dar por sentado que no va a seguir en San Sebastián. Por lo tanto, con las probables salidas de Griezmann y Chory, muy enojado con su situación actual, la parte ‘siniestra’ del ataque realista quedaría totalmente huérfana.


Pablo Hervías es uno de los que opositará para ocupar esa vacante, y José Ángel, que ya ha declarado que es muy feliz en la capital guipuzcoana, espera impaciente señales de Loren o de Aperribay, “es el club el que tiene que valorar mi continuidad” decía hace escasas fechas. Con Hervías y ‘Cote’ la banda izquierda estaría cubierta con dos jugadores eléctricos pero de perfiles distintos. El riojano y el asturiano, diestro y zurdo respectivamente, le darían a Jagoba Arrasate la opción de elegir entre dos opciones distintas, ambas interesantes y atractivas para el alegre y veloz juego que debe desplegar esta Real Sociedad. Así las cosas, habrá que estar atento a las evoluciones y a los ‘tejemanejes’ del culebrón “José Ángel” y las posibles negociaciones entre la Real y el club romano.


miércoles, 7 de mayo de 2014

EN BUSCA DEL GOL PERDIDO

Estamos en el mes de mayo, el calor empieza a apretar, las nubes ya no se empeñan en ponerle tantas trabas al cielo azul y la Liga, ¡ay la Liga!, está llegando a su fin. En los estertores del campeonato liguero, donde quien más quien menos se está jugando las habichuelas, los aficionados de cada equipo hacen un repaso mental de lo que ha sido el curso y, cómo no, de lo que pudo ser y no fue. El análisis exhaustivo de cada ‘futbolero’ consta, obviamente, de cosas buenas y cosas malas. Normalmente, cuando el resultado final de la temporada no es el deseado impera en el pensamiento general todo lo negativo que uno haya podido observar a lo largo de todas las competiciones.

En esas estamos algunos seguidores de la Real Sociedad, insatisfechos con el tramo final del equipo, y pensando qué es lo que se ha hecho mal, cuál es la razón por la que no hemos peleado el cuarto puesto hasta la última fecha. Las comparaciones, sobre todo en términos deportivos, casi siempre son odiosas, lo sé, pero si miramos cuales son las diferencias entre la pasada temporada y esta, podremos comprobar que el equipo ha perdido gol. Ahí es donde surge la figura de Imanol Agirretxe, delantero que está sufriendo los gajes propios del oficio del ‘matador’. A dos jornadas para finalizar la temporada, ‘Imagol’ suma siete goles, ocho menos que los que consiguió el pasado curso. El bajón, tal y como se puede ver, es notable.



Sin duda alguna, a la hora de ‘juzgar’ y calificar la campaña de un jugador, hay que ponerse en contexto, individual y generalmente. En el plano individual, Agirretxe está pagando demasiado caro la rotura de fibras que sufrió en plena pretemporada, la misma que le privó de disputar la previa de la Champions League y la misma que impidió su puesta a punto hasta bien entrado el mes de octubre. Tanto sufrió por esa maldita lesión, que sus dos primeros goles tuvieron que esperar hasta la decimosexta jornada, contra el Betis en Anoeta. Su temporada ha estado llena de altibajos, con picos altos y bajos en su forma física y, para más inri, a Arrasate le costó algo de tiempo darse cuenta de que el equipo con Agirretxe funciona mejor que con Seferovic.

En cuanto al juego del equipo, lo cierto es que la incidencia del ariete guipuzcoano ha descendido notablemente esta temporada, hecho que sus compañeros están padeciendo. Sus tantos logrados frente a Betis (2), Villarreal, Getafe (2), Almería y Valencia sólo han servido para que la Real obtenga 7 puntos, una cifra que está muy lejos de los 28 que dio en la 12/13. Más allá de los datos referentes a su rendimiento, se da a entender que el usurbildarra ha sido uno de los más perjudicados con las salidas de Montanier y, sobre todo, de Asier Illarramendi. El de Mutriku era el hombre que hacía cumplir a rajatabla todos los puntos del ‘Libro de estilo’ del entrenador francés, quien apostaba por un modelo de juego dinámico y lleno de combinaciones, sistema que favorecía mucho a las características del juego de Agirretxe.



Ahora, ya sin Illarra y con el ‘Panzer’ usurbildarra intentando encontrarse a sí mismo, la imagen del equipo ha variado sobremanera. Granero, jugador que vino para tapar el hueco de Illarramendi, se lesionó de gravedad en septiembre, y el equipo, sin un conductor adecuado para canalizar el juego, vive, en demasiadas ocasiones, inmerso en la vulgaridad del clásico ‘patadón parriba’. Solo la luz y el talento de Vela, Griezmann y ahora Canales han otorgado ese punto de chispa y alegría que todo ataque necesita. Entre el francés y el mexicano suman 31 dianas, un número que está en las antípodas de los 9 que acumulan entre Seferovic y Agirretxe, los dos hombres con los que contaba Jagoba a principio de temporada para el puesto de delantero centro.

Puede que las estratosféricas marcas que están alcanzando dos pipiolos como ‘Zipi y Zape’ estén ensombreciendo demasiado el papel de Agirretxe, uno de los héroes el pasado curso, pero lo único cierto es que sus goles y sus asistencias (solo dos este año) se están echando mucho de menos. Lo bueno de todo es que el jugador posee una calidad innata fuera de toda duda, y eso, en primera división, vale oro. Su talento a la hora de definir, su juego de espaldas, su capacidad en el plano aéreo, el remate al primer toque y su habilidad a la hora de asociarse son las cualidades que definen a Imanol, el ‘matador’ realista. Habrá que confiar en ver a un buen Agirretxe en estos dos últimos partidos, y sobre todo, habrá que tener fe en que el jugador complete una buena pretemporada y nos demuestre el siguiente curso que lo de este año ha sido solo un borrón en su carrera.



lunes, 31 de marzo de 2014

HEMORRAGIA REAL


La Real Sociedad se está desangrando, amig@s. Esta vez no ha sido un 6-1 en Chamartín, o un 0-6 en Anoeta contra aquel Barça de Alfonso y Christanval. No, esos eran golpes “previsibles”, dentro de lo que cabe. Sí, son accidentes muy fuertes en los que te rompes un par de costillas, tienes alguna que otra fuerte contusión y puede que pierdas algo de sangre, pero esos accidentes son puntuales. Esta vez las heridas no las infligen los todopoderosos del campeonato, esta vez los castigadores son los más débiles ‘del patio’. Son los partidos más fáciles a priori los que están condenando al cuadro donostiarra a perder, poco a poco, toda la ‘sangre’ que le hacía falta para llegar como un auténtico toro al tramo final del campeonato liguero. Ahí, donde se parte todo el bacalao, el equipo realista tenía todas las de ganar ya que el calendario perjudica a Sevilla, Athletic y Villarreal. Pero lo dicho, los pupilos de Arrasate, por culpa de las mil y una heridas sufridas frente a los más pobres, deambulan sin rumbo ni alma, como aquellos soldados de “Apocalypse Now” en la jungla de Vietnam.

Las estadísticas reflejan que el equipo blanquiazul tiene unos guarismos ciertamente mediocres frente a los equipos de la zona baja de la tabla. Analicemos primero los partidos de los realistas fuera de Anoeta en los estadios de esos equipos que pelean por no caer en las llamas del infierno. La Real ha jugado ya en Vallecas, Elche, Getafe, Almería, Valladolid, Pamplona y Málaga (le falta jugar en el Benito Villamarín). En estas siete visitas, un equipo ‘Champions’ como el gipuzkoano solo ha sido capaz de sacar un tercio de los puntos en juego, es decir, 7 de 21. En Anoeta es otra historia, ya que la Real ha goleado a todos menos al Rayo y al Málaga, equipos que se llevaron una victoria y un empate respectivamente. Para más inri, el equipo dirigido por Jagoba Arrasate se ha dejado infinidad de puntos en choques en los que había cogido ventaja. Esta situación se dio contra el Rayo en Anoeta y en las visitas a Almería, Getafe, Valladolid y Pamplona. El juego del equipo va a menos, eso es una obviedad, pero el problema es que la fortaleza y la concentración del plantel, aspectos también cruciales, están empezando a flaquear sobremanera.

La derrota contra el Rayo fue un grave traspiés
Por muy doloroso que sea, conviene observar y estudiar esta lista de resultados. La realidad es que ahora el cuarto puesto está lejos, alcanzable, pero lejos. ¿Qué hubiera pasado si se hubiese ganado en Almería y Getafe? Solo con haber aguantado esas dos ventajas el equipo txuriurdin estaría ahora con 55 puntos, a solo un punto de los vecinos de Bilbao. Entiendo que hablar ‘a toro pasado’ es sencillo, pero hay que comprender que estas estadísticas son demoledoras, y hablar e informar de ellas no hace sino mostrar una realidad. Cierto es que el calendario, en estas últimas siete jornadas que restan, favorece a la escuadra donostiarra. No obstante, todo parece indicar que habría que marcarse un sprint final antológico para poder llevar a cabo una enorme remontada en la tabla y acabar en la tan ansiada cuarta posición. Los últimos dos partidos del campeonato, en San Mamés y en casa contra el Villarreal, tendrían que ser vitales para alcanzar ese objetivo. Es una quimera, pero el fútbol es un deporte para soñadores.

En Almería todavía no se lo creen. "Jagoba, sé fuerte"
Dejando a un lado la ‘hemorragia real’ que sufren los txuri urdines frente a los equipos más pequeños de esta Liga, hay otra cuestión que está ‘mosqueando’ un poco a un sector de la afición. Desde la directiva y el cuerpo técnico no para de repetirse el mensaje que dice “repetir en competición europea es algo al alcance de muy pocos, es un éxito”. Sí, es cierto. Volver a competición europea sería una noticia feliz para la Real… Pero lo que nadie quiere explicar es porqué la Real ya no juega a fútbol, lo que nadie quiere afirmar es que es inadmisible lo sucedido frente al Almería, lo que nadie de ahí arriba quiere entender es que el nivel de la Liga española ha bajado escandalosamente en los últimos dos años y lo que nadie quiere afrontar es que este equipo, con estos jugadores, está empezando a naufragar en un mar de dudas y desidia, por culpa de una inercia muy negativa. El cuarto puesto nunca ha estado inalcanzable, que nadie os impida ver la realidad. Aquí lo único cierto es que el equipo ya ni se reconoce a sí mismo, que se ha dejado una cantidad ingente de puntos contra equipos que van a jugar el año que viene contra la Ponferradina, que varios pesos pesados del vestuario están en muy baja forma y que el entrenador, ese ‘enfermo del fútbol’, no es, hoy por hoy, el magnífico estratega que algunos nos querían hacer ver. Él es uno de los cirujanos que debe ponerse manos a la obra para intentar detener, lo antes posible, esta maldita hemorragia.


El sabor de boca empieza a ser algo amargo

lunes, 24 de febrero de 2014

NO SABEN GANAR... NI PERDER

El otro día pudimos ver un nuevo caso de impertinencias y lenguaje chabacano por parte de trabajadores y miembros del cuerpo técnico del ‘todopoderoso’ FC Barcelona. Llueve sobre mojado, ¿no? Si hace escasas fechas demostraron su poca elegancia a la hora de saborear un triunfo, la noche del sábado, desquiciados y desesperados por el ‘baile’ que les metió la Real, exhibieron su nula capacidad de mostrar honradez y caballerosidad en la derrota. El Barça, club señor donde los haya (o eso dicen), camina sin rumbo fijo en los últimos tiempos, está día sí y día también ‘a los pies de los caballos’ y parece que esta engorrosa situación está empezando a afectar a los protagonistas de la película, estrellas mundiales del balompié. Más allá del extraño pasotismo de Messi, de la espantada de Rossell y el dantesco espectáculo del fichaje de Neymar, ahora los culés están empezando a mostrar una oscura y fea faceta de su personalidad que, o estaba muy escondida, o acaba de emerger de lo más profundo de sus corazones.


Ya hasta los menos sospechosos se manchan las manos de ‘sangre’ y caen en comportamientos indignos e impropios de un club modélico como lo es el Barça. Sí, vale que el otro día hubo motivos para la frustración y para la ira. El huracán txuri urdin dejó ‘hecho papilla’ el orgullo  del titán catalán, pero hombre, en esas situaciones hay que recurrir al ‘seny, los valors y la humiltat’, por favor. ¿No visteis vosotros un tanto desquiciado al ‘Tata’? El técnico argentino, siempre elegante y cortés en todas sus apariciones públicas, fue expulsado en el descanso del encuentro por insultar al segundo de Arrasate, Lumbreras, “¡eres un pelotudo, ya la liaste el otro día y la vas a liar hoy!” le dijo el ex de Newells, ni corto ni perezoso. Así no, Martino, hay que mantener la cabeza fría y la boca cerrada. El otro caso fue aún más raro, quizás por inesperado. Carles Naval, delegado del Barça desde hace muchos años, marchó directo al vestuario realista al término del encuentro y, enrabietado, se dirigió al equipo de la siguiente forma, “disfrutar del momento que ya la cagaréis con los otros (¿?), ¡por cierto! Os recuerdo que la final de Copa es el 16 de abril…”. Comportamiento muy infantil. Mal Carles, ‘molt mal’.



Supongo que en Catalunya, el sector más afín al Barça se debió sentir muy molesto por que un equipo como la Real, humilde pero grande como el que más, les humillase de esa forma y con ese resultado, que pudo ser más doloroso si los txuri urdines no se hubiesen relajado los últimos 15’. Pero deben entender que en el deporte es de vital importancia saber perder y saber ganar, porque los éxitos y los triunfos, como todo en esta vida, siempre llegan a su fin. La Real Sociedad, club centenario que representa a la ciudad de San Sebastián y a toda la provincia de Guipúzcoa, asestó el pasado sábado un terrible golpe a la moral del FC Barcelona. Si dicen lo contrario y hablan de una derrota más, yo prefiero no creerles. Lo único que intentan con ese discurso es menospreciar y quitar valor a la ‘tunda’ que recibieron por parte del club donostiarra. Y bueno, que a los hechos me remito. La actitud y el comportamiento que han tenido tipos como Busquets, Martino, Carles Naval, Fábregas, Valdés, Xavi y otros en estos últimos duelos con la escuadra de Arrasate son los rostros de la descomposición interna del Barça. El ‘teatro’ de la vida, mientras unos ríen, otros lloran.


viernes, 10 de enero de 2014

LOS HIJOS DE ÍCARO

“Es imposible ganar siete Tours sin doparse, todo esto se ha tratado de una gran mentira que resultó perfecta durante mucho tiempo”, son las palabras de Lance Armstrong, héroe para algunos, por su valentía de afrontar ante las cámaras esos hechos, y villano para otros, que no perdonan más de 10 años de mentiras y burlas a la deportividad. Para mí no deja de ser un mentiroso más, no he dejado que sus lágrimas de cocodrilo empañen mi objetividad, no he dejado que su discurso acerca de su familia me emocione y no me creo que sienta rabia y dolor por hacer lo que ha hecho. Si el señor Armstrong se sentó con Oprah es porque estaba, más que nunca, entre la espada y la pared, es porque va a sacar un dineral de esa entrevista y es porque sabe que a mucha gente le encanta la parafernalia de la TV.


Lance ha herido casi de muerte al ciclismo, aunque vaya, empiezo a creer que si hay un deporte inmortal ese es el de las dos ruedas y las ascensiones infernales, que congrega ante el televisor a millones de telespectadores todos los veranos desde hace ya mucho tiempo. “Todos se dopan” piensa el ‘pueblo’, es una idea que cada vez tiene más calado y más fuerza. Si no, ¿por qué Indurain, Contador u otras grandes figuras se cuidan tanto de criticar al otrora ídolo del ciclismo? Lo único que sé es que entre todos se están cargando la credibilidad del ciclismo, veremos hasta dónde llega su crédito.
El amigo Armstrong se une de esta forma a la extensa lista de ‘juguetes rotos’ del deporte de élite, integrada por atletas que no quisieron reconocer que habían llegado a sus límites, que no quisieron afrontar la mediocridad –o legalidad- en la que otros viven. Marion Jones, Diego Armando Maradona (más por mala vida que por querer mejorar su rendimiento), Ben Johnson, Martina Hingis, Marco Pantani, Barry Bonds (un mito del beisbol en los EEUU), Marta Domínguez, Johan Muelegg, Andre Agassi… Todas estas estrellas del firmamento deportivo llegaron a lo más alto en sus disciplinas, firmaron contratos multimillonarios y tuvieron tratamiento de dioses, pero ¿alguien se esforzó en educarles para aceptar la derrota o intentó enseñarles que el fracaso es parte del juego y del deporte? La respuesta es no. Como engullidores profesionales que somos de todo tipo de deportes, no nos interesa en absoluto.

Enseñar a un gran atleta que perder es solo una fase más de la competición es como perder el tiempo, “no lleva a ningún lado” podrán pensar algunos. Lo que si nos interesa es que lleguen cada vez más alto y más lejos, sin duda alguna, ¿pero a qué precio? Hay muchos deportistas que no están preparados para el fracaso, que no asumen que tienen que desaparecer del ‘podio’ y por lo tanto sienten la necesidad de frenar, sea como sea, esa inevitable caída. Viven una ascensión meteórica hasta las estrellas para luego ser enterrados en noticias de segunda fila. Es duro, pero es así, la prensa tiene su punto de responsabilidad en todo este asunto, no podemos estar creando día sí y día también héroes y villanos.

Las ilusiones de muchos, sobre todo de los más pequeños, se desvirtúan y se rompen cuando conocen que todas estas historias de superación y éxito estaban construidas a base de mentiras y oscuras ambiciones. Todo por una sociedad que parece obligarnos a ser más alto, más guapo y más fuerte que nuestro vecino. ¿Me equivoco?

Me viene a la cabeza el caso de Ícaro, un perfecto ejemplo para ‘ilustrar’ el ocaso de estas grandes estrellas, que son como los 'hijos' de Ícaro. Un personaje de la riquísima mitología griega, con un final trágico, como casi todos. Se le advirtió que si volaba demasiado cerca del sol sus alas se quemarían, pero la codicia y el egoísmo del joven le hizo volar más y más alto, hasta casi tocar el sol. Como era de esperar, perdió sus alas, y ante la horrorizada mirada de su padre (Dédalo), se precipitó sin remedio al abismo de la muerte. No todos pueden ser tan altos como la luna y tan brillantes como el sol. El deporte es vida, no mentira.