Los ciclos del fútbol son
caprichosos, muy caprichosos. La Real Sociedad llega a esta jornada 36 con nada
menos que 59 puntos y a sabiendas que entra “de mano” en la pelea por la cuarta
plaza. ¿Quién de vosotros hubiera imaginado esto a principios de Noviembre?
Nadie, seguramente. Lo que hasta hace nada eran duelos a vida o muerte contra
Zaragoza, Depor, Osasuna, Sporting y demás equipos aficionados a la
supervivencia extrema, se ha convertido en una preciosa batalla con un grande
como el Valencia por disputar la previa de la competición de las competiciones.
Nadie sabe dónde estaremos dentro de un año o dentro de diez, pero por ahora, “carpe
diem”. La Real ha alternado gloria e infierno en estos últimos 30 años, y
ahora, justo ahora, que se vuelve a los orígenes y se echa mucha mano de
Zubieta, vuelven las vacas gordas. ¿Casualidad? Yo creo que no.
Ciñéndonos a lo que es el partido
en sí, la escuadra donostiarra tiene que estar mentalizada y preparada para lo
que se va a encontrar. Bien hará el cuerpo técnico txuri urdin en trabajar el
aspecto mental tanto o más que el futbolístico, puesto que una derrota podría “enterrar”
definitivamente las opciones de Champions. Tienen que tomarse el partido como
lo que es, una final. El conjunto hispalense ha despachado a ocho de sus
últimos nueve rivales en casa, mucho ojo. Afortunadamente la Real podrá
presentar un equipo de muchas garantías, gracias a la feliz noticia de la
recuperación de Asier Illarramendi, el ‘profe’ de Mutriku, una de las grandes revelaciones
de este año, pero no podrá contar con Mikel González, quien causa baja por
sanción. Así pues, el once más probable será el formado por: Bravo, Charly,
Iñigo, Ansotegi, De la Bella, Illarra, Markel, Prieto, Griezmann (¿Chory
Castro?), Vela y Agirretxe. Seguramente Montanier y sus ayudantes habrán
estudiado muy bien los últimos 20 minutos del choque ante el Granada, tiempo en
el que el equipo se acabó de partir en dos (la ausencia de centrocampistas
puros fue mortal) y tiempo en el que las piernas y las cabezas de los jugadores
empezaron a fallar seriamente. La imagen dada en esos minutos fue de debilidad,
fatalismo y desconcierto total, y con esa sensación poca cosa se podrá hacer
ante Negredo, Navas y compañía. Aunque ¿por qué dudar de este equipo? Han sido
capaces de ganar bajo presión en campos como San Mamés, Mestalla, Calderón, La
Romareda, La Rosaleda, Vallecas… Hay calidad y personalidad, que nadie se eche atrás.
El Sevilla llega al duelo en
condiciones parecidas, al equipo capitaneado por el “Tiburón” Negredo sólo le
vale la victoria para poder seguir aspirando a la séptima plaza que ostenta su
gran enemigo, el Betis. Amparados en la tremenda racha que llevan en su
estadio, los hombres de Emery quieren alcanzar los 50 puntos derrotando a uno
de los mejores visitantes de la liga española. La única baja notable será la
del central argentino Fazio. No son tiempos muy felices para el equipo de Del Nido, puesto que Jesús Navas acaba de anunciar su predisposición a abandonar el barco a partir de Junio, pero aun así, es un equipo muy peligroso.
Así las cosas, la Real no sólo juega
contra un rival poderoso en su casa, juega contra su pasado más reciente, el
más oscuro. Los txuri urdines quieren gritar a los cuatro vientos en Sevilla
que la Real ha vuelto y ha enterrado para siempre los fantasmas de la
mediocridad y la vulgaridad. Me agarró ahora a la letra de la canción “The eye
of the tiger”, del grupo Survivor, famosa por ser la banda sonora de Rocky III… “ES LA
MIRADA DEL TIGRE, LA EMOCIÓN DEL COMBATE” para animar a toda la plantilla
realista, deben mirar todo lo que representa su escudo y salir al Pizjuán con
la famosa “mirada del tigre”. ¡Hay que comérselos!
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