“Llegué como un niño y me voy
como un hombre”. Rostro serio, ni rastro de su clásica sonrisa pícara y un
fuerte tono de determinación en su voz. Antoine Griezmann se ha despedido de la
Real en la rueda de prensa más triste que ha tenido que dar en su corta carrera
profesional. Se va convencido de lo que hace, y es que a pesar de ese destino
que no agrada a casi nadie, le honra haber sido tan claro a la hora de expresar
sus sentimientos. Porque Antoine lleva tiempo diciendo, sin rubor alguno, que
sueña con “nuevos retos y nuevas aventuras”, porque este joven galo, que creció
disfrutando de la Francia de Zinedine Zidane, se ha visto a sí mismo más de una
vez levantando ‘orejonas’, Mundiales, Eurocopas… La Real es un club grande,
lleno de historia y momentos dorados, pero ‘Le petit diable’ lleva muchos años
fantaseando con la idea de jugar en los mejores estadios de fútbol, en equipos
que tengan por norma jugar la Liga de Campeones.
Antoine Griezmann ha sido, es y
será uno de los mejores productos que ha salido de la excelente cantera de
Zubieta, el auténtico corazón de la Real Sociedad y la casa del galo desde el
lejano año 2004. En el primer equipo desde julio del 2009, este rubio oriundo
de Maçon ha ido superando todas las expectativas hasta llegar a ser uno de las
más firmes promesas del fútbol europeo, a la altura de Lukaku, Thiago, Verratti,
Varane u otros cracks emergentes. Ha sido, sin lugar a dudas, uno de los
jugadores más importantes de la Real en el último lustro, colaborando
activamente en el ascenso del 2010, siendo decisivo en la permanencia del 2011
y marcando la diferencia en el 2013, año en el que la Real consiguió un
brillante pase a la Champions League. En la pasada temporada, Griezmann acaparó
las miradas de medio mundo gracias a unas actuaciones fuera de lo normal;
golazos como el de Gerland o su hattrick
ante el Elche dan buena prueba de ello. Él ya se lo temía, la idea le taladraba
la cabeza desde hace unos meses, “la Real se me está quedando pequeña”.
El ‘glamour’ que nunca pudo encontrar en San Sebastián
Como reza el título de este
artículo, Antoine se va porque quiere glamour, mucho más del que hay en la Real
Sociedad. ¿Quién no se lo ha imaginado en una de las famosas juergas de
Ronaldo? A Griezmann le van los flashes, le van los ‘saraos’ y le va todo
aquello que rodea a la vida de las figuras más rutilantes del deporte. Amante
confeso de la NBA, el mayor vivero de ‘Showmans’ del mundo, Griezmann busca con
su marcha al Atlético alcanzar el estrellato absoluto. No le asustan las
cámaras, no teme a la presión, cuando sale al ‘verde’ se divierte como un niño
y siempre ha dado la sensación de que nació tocado por una varita mágica, con
una especie de don. Su sonrisa le delata, es un hombre feliz pero ambicioso,
siempre quiere más y más. Este ‘asesino con cara de niño’ (con permiso del
mítico Solskjaer) ni siquiera pasó por el filial realista y ahora se marcha a
Madrid para jugar a las órdenes del ‘Cholo’ Simeone, un entrenador que pretende
pulir, más aún, este diamante de Zubieta. Allí, en la capital española, le dará
la bienvenida la afición atlética y el Frente, el maldito y demoníaco Frente
Atlético.
Se nos va porque, seamos
sinceros, nunca llegó a pensar que aquí en la Real fuese a ganar títulos. Es su
punto de vista particular, pero su obsesión por ir a un club más grande le
priva de poder ser el líder de la Real, junto a Vela, otro lustro más. ¿Quién
dice que esta Real de Iñigo, Canales, Zaldua, Granero, Vela y Pardo no puede
ganar una Copa o una Europa League? Sí, lo sé, ‘el cementerio está lleno de
valientes’. Pero quién sabe, este club ya hizo temblar a Europa en los años
80... Quizás también se haya aburrido de ir todos los días a Zubieta, de las
dichosas pistas de Anoeta, de las anodinas fiestas de Bataplán… Lo cierto es
que Antoine, como él mismo ha afirmado, no ha querido decir “no” a la oferta
colchonera, lo tenía muy claro. Lo dicho, convicción y determinación absoluta a
la hora de afrontar la decisión más importante de su joven vida.
Allí, en Madrid, le espera una
ciudad salvajemente grande y un club en plena resurrección. ‘La casa de los
líos’ es ahora ‘La casa de los éxitos’. El Atleti está empezando a dejar atrás
la imagen del ‘pupas’, algo de lo que siempre ha pecado un poco la Real. Ahora
el escuadrón de Simeone muerde y machaca a sus rivales, presiona como nadie y
defiende como un gato ‘panza arriba’, el equipo es una pintura fiel reflejo del
alma y el espíritu del ‘pintor’ Diego Pablo Simeone. Griezmann va a poder
lucirse en un equipo que juega por segundo año consecutivo la Champions League,
la competición favorita del galo, la de las 20:45h. Un torneo que le permitirá
rutilar en los estadios más prestigiosos de la vieja Europa, una tierra que no
cesa de alumbrar grandes talentos y grandes historias. Griezmann es el niño que
siempre soñó con ser protagonista en una lluvia de estrellas, y por eso nos
dice adiós, porque no cree que el cielo de Donostia vaya a dar para tanto. Au
revoir, Antoine.