La Real Sociedad se está desangrando, amig@s.
Esta vez no ha sido un 6-1 en Chamartín, o un 0-6 en Anoeta contra aquel Barça
de Alfonso y Christanval. No, esos eran golpes “previsibles”, dentro de lo que
cabe. Sí, son accidentes muy fuertes en los que te rompes un par de costillas,
tienes alguna que otra fuerte contusión y puede que pierdas algo de sangre, pero
esos accidentes son puntuales. Esta vez las heridas no las infligen los
todopoderosos del campeonato, esta vez los castigadores son los más débiles
‘del patio’. Son los partidos más fáciles a priori los que están condenando al
cuadro donostiarra a perder, poco a poco, toda la ‘sangre’ que le hacía falta
para llegar como un auténtico toro al tramo final del campeonato liguero. Ahí,
donde se parte todo el bacalao, el equipo realista tenía todas las de ganar ya
que el calendario perjudica a Sevilla, Athletic y Villarreal. Pero lo dicho,
los pupilos de Arrasate, por culpa de las mil y una heridas sufridas frente a
los más pobres, deambulan sin rumbo ni alma, como aquellos soldados de
“Apocalypse Now” en la jungla de Vietnam.
Las estadísticas reflejan que el equipo
blanquiazul tiene unos guarismos ciertamente mediocres frente a los
equipos de la zona baja de la tabla. Analicemos primero los partidos de los
realistas fuera de Anoeta en los estadios de esos equipos que pelean por no
caer en las llamas del infierno. La Real ha jugado ya en Vallecas, Elche,
Getafe, Almería, Valladolid, Pamplona y Málaga (le falta jugar en el Benito
Villamarín). En estas siete visitas, un equipo ‘Champions’ como el gipuzkoano
solo ha sido capaz de sacar un tercio de los puntos en juego, es decir, 7 de 21.
En Anoeta es otra historia, ya que la Real ha goleado a todos menos al Rayo y
al Málaga, equipos que se llevaron una victoria y un empate respectivamente. Para
más inri, el equipo dirigido por Jagoba Arrasate se ha dejado infinidad de
puntos en choques en los que había cogido ventaja. Esta situación se dio contra
el Rayo en Anoeta y en las visitas a Almería, Getafe, Valladolid y Pamplona. El
juego del equipo va a menos, eso es una obviedad, pero el problema es que la
fortaleza y la concentración del plantel, aspectos también cruciales, están
empezando a flaquear sobremanera.
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La derrota contra el Rayo fue un grave traspiés |
Por muy doloroso que sea,
conviene observar y estudiar esta lista de resultados. La realidad es que ahora
el cuarto puesto está lejos, alcanzable, pero lejos. ¿Qué hubiera pasado si se
hubiese ganado en Almería y Getafe? Solo con haber aguantado esas dos ventajas
el equipo txuriurdin estaría ahora con 55 puntos, a solo un punto de los
vecinos de Bilbao. Entiendo que hablar ‘a toro pasado’ es sencillo, pero hay
que comprender que estas estadísticas son demoledoras, y hablar e informar de
ellas no hace sino mostrar una realidad. Cierto es que el calendario, en estas
últimas siete jornadas que restan, favorece a la escuadra donostiarra. No
obstante, todo parece indicar que habría que marcarse un sprint final
antológico para poder llevar a cabo una enorme remontada en la tabla y acabar
en la tan ansiada cuarta posición. Los últimos dos partidos del campeonato, en
San Mamés y en casa contra el Villarreal, tendrían que ser vitales para
alcanzar ese objetivo. Es una quimera, pero el fútbol es un deporte para soñadores.
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En Almería todavía no se lo creen. "Jagoba, sé fuerte" |
Dejando a un lado la ‘hemorragia
real’ que sufren los txuri urdines frente a los equipos más pequeños de esta
Liga, hay otra cuestión que está ‘mosqueando’ un poco a un sector de la
afición. Desde la directiva y el cuerpo técnico no para de repetirse el mensaje
que dice “repetir en competición europea es algo al alcance de muy pocos, es un
éxito”. Sí, es cierto. Volver a competición europea sería una noticia feliz
para la Real… Pero lo que nadie quiere explicar es porqué la Real ya no juega a
fútbol, lo que nadie quiere afirmar es que es inadmisible lo sucedido frente al
Almería, lo que nadie de ahí arriba quiere entender es que el nivel de la Liga
española ha bajado escandalosamente en los últimos dos años y lo que nadie
quiere afrontar es que este equipo, con estos jugadores, está empezando a
naufragar en un mar de dudas y desidia, por culpa de una inercia muy negativa.
El cuarto puesto nunca ha estado inalcanzable, que nadie os impida ver la
realidad. Aquí lo único cierto es que el equipo ya ni se reconoce a sí mismo,
que se ha dejado una cantidad ingente de puntos contra equipos que van a jugar
el año que viene contra la Ponferradina, que varios pesos pesados del vestuario
están en muy baja forma y que el entrenador, ese ‘enfermo del fútbol’, no es,
hoy por hoy, el magnífico estratega que algunos nos querían hacer ver. Él es
uno de los cirujanos que debe ponerse manos a la obra para intentar detener, lo
antes posible, esta maldita hemorragia.
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El sabor de boca empieza a ser algo amargo |