El otro día pudimos ver un nuevo
caso de impertinencias y lenguaje chabacano por parte de trabajadores y
miembros del cuerpo técnico del ‘todopoderoso’ FC Barcelona. Llueve sobre
mojado, ¿no? Si hace escasas fechas demostraron su poca elegancia a la hora de
saborear un triunfo, la noche del sábado, desquiciados y desesperados por el
‘baile’ que les metió la Real, exhibieron su nula capacidad de mostrar honradez
y caballerosidad en la derrota. El Barça, club señor donde los haya (o eso
dicen), camina sin rumbo fijo en los últimos tiempos, está día sí y día también
‘a los pies de los caballos’ y parece que esta engorrosa situación está
empezando a afectar a los protagonistas de la película, estrellas mundiales del
balompié. Más allá del extraño pasotismo de Messi, de la espantada de Rossell y
el dantesco espectáculo del fichaje de Neymar, ahora los culés están empezando
a mostrar una oscura y fea faceta de su personalidad que, o estaba muy
escondida, o acaba de emerger de lo más profundo de sus corazones.
Ya hasta los menos sospechosos se
manchan las manos de ‘sangre’ y caen en comportamientos indignos e impropios de
un club modélico como lo es el Barça. Sí, vale que el otro día hubo motivos
para la frustración y para la ira. El huracán txuri urdin dejó ‘hecho papilla’
el orgullo del titán catalán, pero
hombre, en esas situaciones hay que recurrir al ‘seny, los valors y la
humiltat’, por favor. ¿No visteis vosotros un tanto desquiciado al ‘Tata’? El
técnico argentino, siempre elegante y cortés en todas sus apariciones públicas,
fue expulsado en el descanso del encuentro por insultar al segundo de Arrasate,
Lumbreras, “¡eres un pelotudo, ya la liaste el otro día y la vas a liar hoy!”
le dijo el ex de Newells, ni corto ni perezoso. Así no, Martino, hay que
mantener la cabeza fría y la boca cerrada. El otro caso fue aún más raro,
quizás por inesperado. Carles Naval, delegado del Barça desde hace muchos años,
marchó directo al vestuario realista al término del encuentro y, enrabietado,
se dirigió al equipo de la siguiente forma, “disfrutar del momento que ya la
cagaréis con los otros (¿?), ¡por cierto! Os recuerdo que la final de Copa es
el 16 de abril…”. Comportamiento muy infantil. Mal Carles, ‘molt mal’.
Supongo que en Catalunya, el
sector más afín al Barça se debió sentir muy molesto por que un equipo como la
Real, humilde pero grande como el que más, les humillase de esa forma y con ese
resultado, que pudo ser más doloroso si los txuri urdines no se hubiesen
relajado los últimos 15’. Pero deben entender que en el deporte es de vital
importancia saber perder y saber ganar, porque los éxitos y los triunfos, como
todo en esta vida, siempre llegan a su fin. La Real Sociedad, club centenario
que representa a la ciudad de San Sebastián y a toda la provincia de Guipúzcoa,
asestó el pasado sábado un terrible golpe a la moral del FC Barcelona. Si dicen
lo contrario y hablan de una derrota más, yo prefiero no creerles. Lo único que
intentan con ese discurso es menospreciar y quitar valor a la ‘tunda’ que
recibieron por parte del club donostiarra. Y bueno, que a los hechos me remito.
La actitud y el comportamiento que han tenido tipos como Busquets, Martino,
Carles Naval, Fábregas, Valdés, Xavi y otros en estos últimos duelos con la
escuadra de Arrasate son los rostros de la descomposición interna del Barça. El
‘teatro’ de la vida, mientras unos ríen, otros lloran.